Las redes sociales y la Justicia

Hace unos días, aparecía en prensa el arranque del juicio al ex-afamado youtuber ReSet en el que se pide para él dos años de prisión y una multa de 30.000€ por la “broma” que le hizo a una persona necesitada en Barcelona. Este chico de 21 años, le dio una galleta rellena de pasta de dientes a esta persona, la cual tuvo que requerir ayuda médica por la ingestión. “A lo mejor me habré pasado un poco, pero mira el lado positivo: esto le ayudará a limpiarse los dientes. Creo que no se los limpia desde que se volvió pobre”.

Su canal tenía 120 millones de visualizaciones. ReSet, echa las culpas a la prensa por todo lo sucedido porque, además, su canal ha bajado a los 4 millones de visualizaciones.

Según lo transcendido en prensa, el youtuber le espetó al tribunal que lo juzgaba frases como:

– “Mi intención no era ofender. Vosotros vais muy a tope con la ley”.

-Le dice al fiscal que “usted es un señor serio que quizá no entiende sus bromas”.

Ante esto solo cabe una pregunta: ¿Han perdido los chavales el norte por unos likes? La respuesta es sí, un sí rotundo.

En nuestra experiencia forense en el trato con los menores, se viene observando que “lo que quieren ser de mayor” es – entre otros- youtuber, esto es, comentar vídeos, hacer retos o cualquier cosa que se les ocurra para conseguir más público y, por tanto, más likes.

Nosotros no somos nadie para juzgar los hechos por los que se juzga al youtuber. Lo único que podemos expresar desde nuestro leal saber y entender, es que tanto los menores como los adultos, debemos un respeto a la Justicia, no solo porque sea quien juzga, sino porque ante todo debemos ser cívicos ante ella. Ya lo decía Cicerón: “La justicia es un hábito del alma, observando en el interés común, que da a cada cual su dignidad».