Parentalidad Positiva

 En Familia, Menores

La familia es el primer núcleo de socialización del individuo. El primer contexto de aprendizaje que supone la base desde la cual desarrollarse para ser individuos plenos.

El concepto de parentalidad positiva, según el comité de Ministros del Consejo de Europa,  se refiere a “el comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño”.

La parentalidad positiva es una forma de entender la crianza y la educación de nuestros menores que se basa en potenciar su desarrollo óptimo. Utiliza como base el fortalecimiento de los lazos de apego, tan importantes no sólo para los niños, sino para los futuros adultos y sus relaciones tanto personales como como con la sociedad. Para llegar a esto, utiliza herramientas como la comunicación afectiva no autoritaria, el respeto, la valoración y la comprensión de las emociones y necesidades de los niños y niñas. Estos factores se han demostrado efectivos como “buenos tratos” en el menor, que favorecen una relación padres hijos donde la autoridad de los progenitores queda legitimada a través del respeto.

Son distintos los factores que influyen en la crianza final que se le da a un menor;

  • El contexto social, en el que se desarrolla el menor. Son las condiciones donde se desarrolla la familia. implican tanto el contexto cercano (condicones del barrio,  entorno donde se mueve, etc.) como más lejano (políticas de las administraciones en temas de familia, etc)

 

  • Las necesidades del menor. Hace referencia a las condiciones del menor en cuestión. Desde las necesidades propias dependiendo del momento evolutivo que se encuentra, como necesidades específicas que pueda tener (desde enfermedades crónicas, dificultades psicológicas, de comportamiento, etc.)

 

  • Las capacidades parentales, hacer referencia a las capacidades de reflexión y observación de las necesidades de sus hij@s y su capacidad de respuesta ante las mismas. Estas capacidades se pueden ver afectadas por factores de riesgo internos como baja autoestima de los progenitores, conflictos de la pareja, u otras dificultades varias que se pueden presentar y que merman las capacidades de los progenitores para dar una respuesta óptima en el cuidado y crianza de los menores.

Desde el Instituto de Psicología Jurídica y Mediación, pretendemos fortalecer las pautas que prevengan situaciones de riesgo de los menores, rediciendo la probabilidad de casos de negligencia o maltrato que acaben en juicios.

Irene López Romero

CV11092

 

 

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