Reflexiones sobre el caso de Diana Quer
Estas últimas semanas, todos los medios informativos se han hecho eco de la desaparición de la madrileña Diana Quer en el pueblo de A Pobra do Caramiñal mientras veraneaba. La reflexión que os traemos hoy va más allá de la propia desaparición, se trata de la forma en la que los padres de la adolescente están llevando todo este proceso. En un primer momento, dieron muestras de estar unidos y de intentar aunar fuerzas para localizarla pero, con el paso de los días, lo único que se está viendo son cruces de acusaciones: “Han tardado mucho en quitarle la custodia de mi hija Valeria a su madre” , «No estaban bien con su madre» , » La madre de Diana Quer asegura que su ex tiene un perfil psicópata» y, «Solamente recibía llamadas de socorro de mis hijas”, entre otras. Este tipo de verbalizaciones se alejan de la búsqueda de la joven y se acercan a la raíz del problema que parece tener esta familia. Diversos medios hablan sobre un divorcio traumático y sobre problemas derivados del mismo. Este tipo de expresiones se ven diariamente en los procesos de separación y custodia de los hijos. Todo vale y a cualquier precio. El mayor problema que hay en este caso es que está siendo todo televisado y todo el que lo lee, opina.
La otra parte de este tipo de sucesos es la curiosidad que suscita en la población. Los medios de comunicación lo saben y todos los días aparecen nuevos datos para alimentar esa morbosidad, datos que, de no ser porque hay lectores que lo esperan, no aparecerían. De la misma forma, la hermana menor de la desaparecida, contestaba en tiempo real a las preguntas que le hacían sobre su hermana desde una red abierta en la que es usuaria y en la cual le hacían preguntas poco comedidas para la situación en la que se encuentra. El ser humano es así, ante este tipo de situaciones saca sus peores pensamientos.
Esperamos que esta historia tenga un buen desenlace.